Durante este proceso investigativo, tuve la oportunidad de compartir y ser parte de algunas actividades agrícolas, ganaderas y piscícolas, que diariamente realizan los campesinos de esta vereda. Todo esto lo pude percibir en mi estadía y en el desarrollo de algunas actividades con los niños; pues nos permitieron explorar cuales eran los gustos e intereses de sus padres o acudientes, esto me llevo a determinar que el campesino tiene unos rasgos propios que lo identifican ante los demás, se visten con ropa de trabajo predominando en él, su sombrero, machete y sus botas pantaneras; al expresarse, su pronunciación no es la más adecuada ya que se omiten algunas letras (hetor, tasi, mas mejor y a yo me gusta, entre otras). Las labores de los campesinos están enfatizadas en cuidar las fincas de la vereda, encargándose del cuidado de los animales (la crianza de pollos, cerdos, patos, gallinas, peces, ganado, entre otros), del arreglo de jardines, huertas y del mantenimiento de la casa, esta persona vive en la finca con su familia, recibiendo un salario mínimo por las labores que desempeña.
El tiempo libre lo emplean en actividades en las que se destacan los juegos de mesa, las telenovelas, en la participación de la eucaristía, en pasear y bailar los domingos, el único día de descanso que poseen.
Las mujeres campesinas de esta vereda se dedican a las labores de la casa, a la crianza de sus hijos, otras actividades relacionadas con el campo y a atender sus microempresas; pero se deduce que los trabajos son repartidos por los adultos y niños de la familia; esta se caracteriza por ser activa, líder y no simplemente estar relegadas a los quehaceres del hogar y al crianza de sus hijos; de esta manera muchas de ellas se ven vinculadas a proyectos productivos, han incursionado en la venta de productos de belleza por catálogos y algunas de ellas hacen presencia en las organizaciones comunales en función directiva y además se postulan como ediles a los concejos municipales.
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